16/12/08


Bram Van Welde….Arte, sálvame.


"La pintura no existe", dice la voz, "sólo existen cuadros."¿Es esta la voz del pintor o la de un iniciado? ¿Puede este presentir en la obra su génesis, lo que la mantiene aquí integra?
Bram: el pintor que puede existir solo. Sin iniciados. Pero sólo pintando. Sólo moviéndose entre lo previsto, y lo no previsto. Sólo siendo esta tensión, este grito en el tumulto, y su eco: el silencio. Así es como se apacigua el tumulto, así es como se abarca.
La cosa pintada. La cosa idealmente muerta (de una muerte contemplable, que perdurara para su contemplación) que aniquila su nombre, lo que la designó como cosa, a través del brazo redemptor, del brazo criminal, del brazo enamorado. Forma en fin, abismo de formas más que formas del abismo, representación de un misterio. Mimesis eideíca. Perfecta. Mortal.
De la intensidad del mirar. Del peso del mirar. De las ojeras del mirar brotan flores invencibles, divinas, incomestibles, donde el mirar se consume.
La nieve, el sol, un dolor, una cortina. La nieve que atraviesa la cortina, el dolor que atraviesa la luz. La luz que entra por el dolor. La cortina por ella tocada.
"Bram", escribe Yves Peyré "Bram: este cuestionamiento del adentro, este inacabado del adentro este estremecer del adentro. Rostro como un paisaje, es decir tu rostro, más allá de todo rostro. Solo, de nada nada. El signo supone el signo."

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